¿Se acuerdan de la Tía Pocha? Es mi tía nutricionista que se hizo famosa comprando espacios en programas de cable y le salió bien. Cada día cobra más caro la consulta y se va de vacaciones más seguido.
Como es la pichón de Cormillot de la familia, no para de dar consejos: cuando viajes, ponete la remera más crota que tengas, para estar cómodo en el avión y meté toda la ropa buena siempre en el equipaje de mano.
Es cierto, muchas veces las valijas que despachás se abren, se pierden, se toman sus propias vacaciones y se van a conocer otros aeropuertos del mundo.
La última vez que fue al Caribe volvió enojadísima: tuvo que volar de un cayo a otro en un pequeño avión ATR 42 desde un aeródromo con la pista del tamaño de un rollo de papel higiénico que recién se cayó al piso. La cosa es que el avioncito de hélice era tan ATR que no tenía lugar para equipaje en cabina. Los caribeños le hicieron despachar la valija de mano. Lloró, pataleó, -y estoy seguro de que puteó- pero no la dejaron. Si quería más lugar tenía que comprar otro boleto. Ella, como buena argentina les dijo: no sabés con quién te estás metiendo. Y no, no sabían… allá no la conoce nadie.
La cosa es que en alguna parte del trayecto alguien se tentó y le sacó toda la ropa más diosa que tenía. Es graciosa verla en todas las fotos de Instagram con la misma remera crota. Ni bien bajó quiso comprarse ropa nueva pero no pudo. ¿Gucci? ¿Prada? ¿Zara aunque sea? Pobre Tía Pocha, estaba en Cuba.
Ahora el nuevo consejo de la Tía es: cuando viajes, comprá la valija más grande permitida como equipaje de mano y meté toda la ropa buena ahí. Envolvelo, dale veinte vueltas de film protector hasta que quede más cerrado que c$%& de muñeca. Porque la Tía Pocha es así, cuando se enoja, le sale el barrio de adentro y habla como caco.
Si van a chorearse una valija, -reflexiona- van a abrir primero una que no tenga film.
Y si alguien sabe de chorear con algo, es ella: ésa es mi Pocha.
La Tía Pocha ATR